Friday, November 04, 2011

Entrevista a CARLOS DARIEL



¿Qué es para usted la poesía?

Definir la poesía es una tarea imposible, además de inútil. Lo que sí puede intentarse es dar algunas aproximaciones acerca del lenguaje poético. En este sentido me inclino a pensar que el lenguaje poético es fundacional. Cuando un poema está logrado, lo que dice, se dice por primera vez. Lo que conlleva la escritura poética es algo del orden de una epifanía o una suerte de revelación del estado original de las cosas. La palabra poética dota de ser a lo que nombra.

¿Podría usted contarnos un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

Mis obras publicadas, todas en poesía, son “Según el fuego” (2004) y “Cuestión de lugar” (2007), ambas de Nostromo Editores y “Donde la sed” (2010) de Madedonia Ediciones. Ésta última fue distinguida con el Primer Premio de Poesía 2009 por el Fondo Nacional de las Artes.
También obtuve un Tercer Premio del Certamen de Poesía de la Editorial Baobabs, auspiciado por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires (2003).
Relacionado con la actividad literaria coordiné talleres literarios desde el 2004 hasta el 2009 y tuve columnas en “Tierra de Poesía”, programa de Radio Gráfica de La Boca, conducido por Ramón Fanelli y Marion Berguenfeld y en el ciclo de poesía “El Precio”, conducido por Jorge Figueroa.
Además desde el año 2003 he llevado y llevo adelante la conducción de ciclos de poesía en Buenos Aires y en el conurbano junto a colegas amigos.

¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?

En un primer momento surgió como un juego, como un desafío. Allá por el fin de mi adolescencia yo no era explorador ni astronauta, entonces la forma de aventurarme a lo desconocido era escribir. Con el tiempo tomé la escritura como un trabajo. Ahora, sin abandonar la exigencia de una disciplina, digo, sin abandonar el mameluco, me vuelvo a poner la escafandra y retomo la idea del juego. Creo que nada se acerca más al concepto de lo poético como lo lúdico. Lo lúdico en el sentido en que lo ejerce el niño. Para el niño, el juego, es un camino de realización.

Esa inclinación a lo desconocido, a la aventura por conocer me llevó como de la mano hacia la escritura poética porque escribir poesía comporta, precisamente, escribir desde un no saber. Como dice en uno de sus artículos María Negroni: “no hay lenguaje instrumental en la poesía”. Tal vez por algo similar Antonio Porchia escribió: “el no saber hacer supo hacer a Dios”.

¿Cómo definiría a su poesía?

No la definiría.

¿Qué autores influyeron en su poética?

Creo que en mi poética influyó todo lo que leí hasta el presente. Mi escritura es el producto de todas mis lecturas. Como les debe pasar a todos.
En cuanto a los maestros que “adopte” se pueden contar, entre ellos, a Porchia, Juanele, Girri, Juarroz, Pizarnik, Girondo, Giannuzzi, Aguirre, Calveyra, etc.
También alguien que no viene de la poesía sino de la narrativa pero cuya obra me ha enseñado, como pocos, la naturaleza de la palabra poética: Clarice Lispector.

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

Más allá de que mi poética es, para mí, un fin en sí mismo, recurro a ella como a una vía de conocimiento o como diría María Negroni, “una epistemología del no saber”.

¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?

Es muy injusto eso. Restringirme a elegir un solo poema es muy cruel, también. Por rebeldía voy a elegir dos breves pero de una intensidad y profundidad sin límite: Agua tan pura que casi/ no se ve en el vaso agua/ Del otro lado está el mundo/ De este lado, casi nada…// Un agua pura, tan limpia/ que da trabajo mirarla. (Manuel del Cabral). El otro poema: Cada uno está solo/ en el corazón de la tierra/ atravesado por un rayo de sol// y enseguida atardece. (Salvatore Quasimodo).
El primero lo elijo porque, como Eluard, yo también considero que nada puede describir mejor a la poesía como ese poema. El segundo, porque nos muestra con increíble transparencia y profundidad el estado efímero y de indefensión que caracteriza a la existencia humana.

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

Creo que ha ido trazando un camino hacia una mayor concisión y despojo, sin descuidar precisión y profundidad. El horizonte de mi escritura es la entrelínea, el vacío. Hacía eso intento llevar mi voz.
Mi último libro tal vez no se el mejor ejemplo de esto que comento porque en él conviven los textos breves e intensos con otros de mayor extensión y de corte narrativo. Sin embargo, mi próximo proyecto de publicación tal vez sea un libro de haikus, sobre el que estoy trabajando en su compaginación.
En última instancia, no hay nada definido por suerte en mi escritura, es una búsqueda persistente, una continuo indagar sobre el proceso de la escritura, escribiendo.

¿Para usted se nace o se hace escritor?

Creo que toda actividad humana es un proceso de construcción. Y en ese proceso intervienen muchos. Nadie nace solo, nadie crece solo y nadie construye ni se construye solo. Para mí, el escritor es aquella individualidad donde se cristaliza eso que llamamos autor y que para mí es un evento intersubjetivo.

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?

No le diría ningún consejo porque no me siento con autoridad para algo de ese orden. Sí le diría que haga todo lo posible para sentirse bien con lo que hace. Que dé de sí todo y aún más. Sería muy lamentable para ella o para él que alguna vez se diera cuenta que se guardo algo para nada.

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

No estoy en condiciones de decir algo medianamente fundamentado al respecto porque carezco de la información suficiente para hacerlo. La pregunta es muy amplia y me excede. Pero sospecho que no todo lo que se publica es oro y no se publica todo el oro de la poesía contemporánea.

Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela etc ¿Cuáles recomendaría?

De los últimos que leí sin duda recomiendo “La academia de Piatock” de Alberto Szpunberg.

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter, blogs etc?


Como todos los instrumentos se le puede dar un buen o un mal uso. En esos medios se encuentran cosas maravillosas y también cosas banales o más de lo mismo. En si mismo esas nuevas formas de difusión no son ni buenas ni malas. Están ahí. Su aporte a la cultura de los pueblos dependerá del uso que se le da.

Por último ¿Quiere usted agregar algo?


No lo creo necesario. La entrevista fue bastante completa y amplia. Sólo agradecer la oportunidad que se me brinda para dejar mi parecer sobre las cuestiones del quehacer literario.

CARLOS DARIEL

1 Comments:

Anonymous normagianico said...

Es un placer entrar en la personalidad de Carlos Dariel siendo un exponente de la poesía actual tan reconocido más que nada por sus pares y también por la difusión de lo poético en sus ciclos.Es con su humildad que cautiva al lector y por sobretodo con su poesía profunda y exquisita.

3/12/2012  

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