Entrevista a INÉS LEGARRETA
¿Qué es para usted la poesía?
Algo que se sostiene en el aire no se sabe por qué. El
silencio pasando a través de las palabras. Lo que reverbera.
¿Podría usted contarnos
un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad
literaria?
Llegué a la poesía después de haber publicado siete libros
de narrativa. El número 7 es cabalístico, no es cualquier número así que creo
hice un camino necesario.
Tengo cuatro libros de cuentos: “En el bosque y otros
cuentos”(1990), “Se segundo deseo” (1997), “La Dama habló y otras páginas”
(2004), “La turbulencia del aire”(2012); dos nouvelles:”El abrazo que se
va”(2008) y “Tristeza de verse lejos”( 2010) y un libro de relatos oníricos:
“La imprecisa voz que me sueña” (2014).
Acaba de salir mi
primer libro de poemas: “La puntada invisible”, (septiembre 2016) en Ediciones
en Danza.
Tengo la suerte de haber sido reconocida con importantes
premios y distinciones de la Secretaría de Cultura de la Nación, de la
Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (ex Municipal),
del Fondo Nacional de las Artes, de S.A.D.E; de A.D.E.A; por el Honorable
Senado de la Provincia de Buenos Aires y por muchas y reconocidas instituciones
nacionales, provinciales, regionales, públicas y privadas. También en concurso
internacionales. Fui publicada en numerosas antologías, revistas literarias,
diarios, etc. Algunos de mis textos han sido traducidos al inglés, alemán e
italiano.
Durante años coordiné talleres literarios, cafés y
encuentros literarios, como por ejemplo, los “Encuentros de Narrativa” en la
sede de Artistas Premiados Argentinos (junto a la escritora Irma Verolín) en
Buenos Aires además de co-dirigir (junto
a Hernán Ronsino y otros escritores chivilcoyanos) durante siete años (otra vez
el número cabalístico) la revista literaria “Fledermaus”.
¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?
Escribí desde
siempre: una vez que aprendí las primeras letras mi primera forma de expresión
parece haber sido la escrita, no la oral. Con esto quiero decir que cuando
quería expresar o comunicar algo me era mucho más fácil y natural hacerlo
escribiendo: una cartita, una nota o lo que fuera que dejaba por ahí o entregaba
en mano, según las circunstancias. Fue así durante la infancia y la
adolescencia: poemas, cuentos, relatos, un diario trasnochado, articulitos;
pero en la juventud, al entrar al Profesorado de Literatura del “Joaquín V.
González” ese flujo continuo se detuvo y, lamentablemente, se extendió por
muchos años, más de quince años estuve sin escribir una letra. Puedo argüir
razones de esto pero lo importante, lo verdaderamente dramático, es el parate
total y absoluto de escritura que tuve y que no se revirtió hasta pasados mis
treinta años, casada y con tres hijos. Entonces, cuando nada lo hacía preveer,
la escritura se impuso sobre la
prohibición, sobre lo negado con la fuerza de algo que estalla. Por suerte. La
escritura me salvó de la locura, del desorden, de la angustia.
A partir de ese
momento crucial, ya no dejé de escribir; asistí a talleres de grandes maestros de la narrativa
como Isidoro Blaisten, Juan José
Hernández y Santiago Kovadloff al tiempo
que empezaba a publicar y a recorrer “eso” que conocemos como camino
literario.
¿Cómo definiría a su poesía?
No lo he pensado.
Tengo –hasta ahora- un solo libro de poesía publicado: “La puntada
invisible”. Me parece que hay un centro
y es la palabra latina Domus/i: o sea, la casa en su sentido más intimo y
también en el más amplio y fundante: casa como origen, familia, patria. Y lo eterno, los temas de todos: el amor, el
tiempo, la muerte.
¿Qué autores influyeron en su poética?
Todos lo que leí y leo influyen sobre mí. Tengo con la poesía una avidez adolescente:
busco y leo poetas sin orden jerárquico, cronológico o espacial. Al mismo
tiempo los clásicos españoles del siglo XVI que César Vallejo, Paul Eluard,
Constantino Kavafis, Joaquín Giannuzzi, Jorge Luis Borges, Marosa di Giorgio,
Wislawa Szmborska, Olga Orozco,
María Granata, Hugo Padeletti,
Susana Thénon, etc, etc.
¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?
No puedo responder esa pregunta. Me queda grande.
¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en
especial? ¿Por qué?
¿Un sólo poema? Dificilísimo.
Quizás “Y enseguida
anochece” de Quasimodo. Sí. Es incomparable.
Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra
traspasado por un rayo de sol
y enseguida anoche.
¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los
años?
No ha cambiado. Apenas se inicia. Otra cosa era la
narrativa. El aliento poético que, sin duda, estuvo siempre presente en lo que
escribí, ahora se potencia, se expande y
se complejiza al abordar de lleno el género.
Estoy a la expectativa, estoy a disposición de.
¿Para usted se nace o se hace escritor?
Se nace. Pero se puede y se debe potenciar, profundizar y
explorar lo que ello significa a través del trabajo consecuente con la palabra
y el lenguaje.
¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se
inicia en este bello camino de la PALABRA?
Que lea y que escriba. Que escriba y que lea. Que escuche a
los Maestros. Que haga su camino.
¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?
Mercado es la palabra con la que hoy se define la gran
industria editorial: grandes corporaciones mediáticas dominantes que imponen
sus productos. Más allá de que algunos
productos pueden ser buenos, o muy buenos, o excelentes, tal el caso de algunos
Nobeles.
En Argentina, no sé en otros países, se da el caso del
surgimiento de muchas editoriales independientes pequeñas y medianas en donde
la mayoría de los escritores narradores y poetas que no tenemos la suerte de
entrar en el gran circuito, editamos. Se
genera así una especie de submundo literario a contramano de la vidriera que no
deja de tener su valor e importancia. Yo celebro que sea así: somos barquitos
de papel lanzados al mar.
Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento,
novela etc ¿Cuáles recomendaría?
Borges. La obra completa de Borges.
“Pedro Páramo” y “El llano en llamas”, de Rulfo.
“El amante” y “El amante de la China del Norte” de
Marguerite Duras.
“Don Quijote de la Mancha” de Cervantes.
Los sonetos de Quevedo.
“Cartas a un joven poeta” de Rainer M. Rilke.
Los poemas de Wislawa Szymborska.
¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra,
ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales,
ñusleter, blogs etc?
Que son formas de difusión y comunicación eficaces
porque en muchos casos suplantan el
retaceado artículo en algún diario de circulación masiva… y favorecen el
intercambio entre pares, entre obras, entre opiniones. Hay un circuito de blogs y revistas virtuales
muy interesante.
Por último ¿Quiere usted agregar algo?
Sí. Darte las gracias, querido Gustavo Tisocco, por tu
generosidad. Que me hayas incorporado a tu blog “Mis poetas contemporánesos2”
me llena de orgullo y alegría.
INÉS LEGARRETA
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