Entrevista a GABRIEL FRANCINI
¿Qué es para usted la poesía?
Es una tentación responder esta pregunta
con poesía, por ejemplo, la poesía es un relámpago que graba el cielo en
nuestro corazón. Pero voy a responder de otra manera: creo que la poesía no es
solamente un modo de conocer el mundo y de conocerse a uno mismo, sino que
también puede modificar el mundo y puede cambiarnos. Tiene un poder transformador.
Y, por lo tanto, la poesía es un modo de crear el mundo. Pensar así es tener la
esperanza de que la poesía puede hacer un mundo mejor. En un mundo tan veloz y
aparentemente sin sentido como el que vivimos, donde pareciera que sólo existe
la materia y lo absurdo, la poesía viene a detenernos ante la belleza del
espíritu y a darnos un sentido.
¿Podría usted contarnos un poco de su vida, de sus obras publicadas,
sus premios, su actividad literaria?
En mi vida soy bibliotecario. Leí muy pocas
veces en público y no tengo actividad literaria, no porque crea que es mejor
así, sino porque así soy yo: uno que escribe en soledad. Es mi manera de ser.
Sin embargo, publiqué quince libros que más o menos muestran lo que logré hacer
con la palabra. Salvo alguna excepción, mis libros suelen ser florilegios o
analectas, en los que de un modo antológico selecciono los que considero mis
mejores poemas. Es decir que la mayoría de mis libros no los escribí como
libros sino que junté poemas que tenía escritos para formar un volumen de
poesía. Pero hay excepciones, por ejemplo, “Orbe” o “Deshacer”, que los escribí
concibiéndolos como obra, como si el libro fuera un solo y extenso poema.
¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?
Empecé a escribir poesía a los trece años,
como derivación de la composición de canciones. Empecé haciendo canciones con
la guitarra, hacía la música y la letra, hasta que un día escribí una letra sin
ponerle música y me pareció que eso era un poema. Es decir que entré a la
poesía no por la literatura, sino por la música. Siempre tuve algo que no sé
cómo llamarlo, tal vez un “impulso creador”, una alegría al crear, ya sean
poemas, música o pintura.
¿Cómo definiría a su poesía?
Creo que mi poesía está entre el simbolismo y la abstracción, con toques de surrealismo. Podría ser un “simbolismo abstracto surrealista”.
¿Qué autores influyeron en su poética?
Fernando Pessoa, Alejandra Pizarnik, César
Vallejo. Los simbolistas franceses, los surrealistas franceses y argentinos.
Hugo Padeletti.
¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con
su poética?
Me gusta pensar que la poesía es un fuego
que se pasa de generación en generación. Por eso quisiera que mi función sea la
de recibir, cuidar y transmitir ese fuego de la poesía.
¿Qué poema elegiría usted si tiene que
optar por uno en especial? ¿Por qué?
No sé qué poema elegir, pero hay un verso
de Garcilaso que siempre, al pensarlo, me recuerda que tengo sentimientos:
“Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.” Además es musicalmente maravilloso.
¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo
largo de los años?
A través de los años me fui quedando con
palabras, ideas, temas, que siempre surgen cuando escribo. Fue un proceso por
el cual fui sacando de mi escritura las palabras que no son tan mías. Y fue
quedarme con esos pequeños tesoros que son mis palabras. Con el paso del
tiempo, en lugar de aumentar mi vocabulario, creo que lo fui reduciendo a las
palabras que hacen vibrar algo en mí.
¿Para usted se nace o se hace escritor?
Somos poetas o no lo somos. Pero en el
camino hay una serie de pruebas que hay que pasar, como si cada poema o libro
de poesía que escribimos fuera un monstruo que hay que vencer.
¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora
que se inicia en este bello camino de la PALABRA?
Que trate de lograr un equilibrio entre la
influencia que le producen sus lecturas y tener una voz propia. No es bueno
hacer la de uno sin conocer lo que otros escribieron y escriben, pero tampoco
recomiendo no seguir el propio camino.
¿Cómo ve usted actualmente la industria
editorial?
Tengo que agradecer que hubo editoriales
que quisieron publicar mis libros, y que fueron personas a las que les apasiona
la poesía y la edición.
Si tuviera que recomendar un libro de
poesía, prosa, cuento, novela etc ¿Cuáles recomendaría?
Recomiendo “Juntos todavía” y “Notaciones
sobre el horizonte” de Yves Bonnefoy. La poesía completa de Hugo Padeletti y de
Arnaldo Calveyra. “Cuando todo calla” de Hugo Mujica. “Variaciones de la luz”
de Diana Bellessi. “Hacia una isla incierta” de Enrique Molina.
¿Qué opina de las nuevas formas de difusión
de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos,
revistas virtuales, ñusleter, blogs etc?
Desde las tablillas de arcilla sumerias
hasta los blogs, las formas fueron cambiando. Habría que ver cómo moldearon
esas formas a los contenidos. Probablemente, la posibilidad de publicar en un
blog casi inmediatamente después de que se escribió el poema, le quita a la
poesía el trabajo del tiempo. Creo que hay que saber cuidar los tiempos del
poema contra lo vertiginoso de publicar en internet.
Por último ¿Quiere usted agregar algo?
Gabriel Francini
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