Sunday, April 12, 2009

Entrevista a MARÍA EUGENIA CASEIRO


¿Qué es para usted la poesía?

La poesía es el cuerpo del misterio, para todo poeta innegable. El misterio es una aguja que, a la luz, se vuelve ciega y su ojo logra descubrirse, solamente al enhebrarlo a oscuras. Para encontrar la aguja hay que entrar al caos y rescatarse a sí mismo de él, en cada gota de la propia sangre, evaporándose.
La poesía, en su prodigiosa ergonomía es la plenitud y se manifiesta a través de la no caducidad de su condición primigenia.

¿Podría usted contarnos un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

Contar de mi vida es contar lo que seguramente dejé de hacer por estar viva. Para mí la vida estaba en mundos imaginarios y por ende la otra, la que todos tenían, pasaba sin que yo la viera mas que con ojos extraviados. Puede que la muerte, siempre a mi lado, me haya hecho menos apegada a la vida.
A los once años gané mi primer concurso de Composición que comenzó siendo el Primer lugar de la escuela y concluyó siendo el Primer lugar a nivel provincial. Digo concluyó porque luego de eso se me quitaron las ganas, momentáneamente, claro, de participar en concursos. Ganar uno significaba pasar mucho tiempo pensando en temas que no me interesaban pero en los que se basaría el siguiente concurso. Ahí terminó mi participación aunque después de mucho tiempo he obtenido algún que otro premio, pero ninguno tan importante como el que me ha otorgado el contacto diario con personas con mis mismos intereses literarios.
He participado en muchas antologías poéticas; por destacar algunas, una de las más importantes El rastro de las mariposas que unió a veinte poetisas hispanoamericanas y otras dos en que comparto páginas con mis compatriotas Alberto Lauro y Raúl Rivero.
Además de la narrativa y la poesía he incursionado en la reseña crítica, ensayo y prólogo. Este último, me ha traído grandes satisfacciones como las de prologar a escritores de la talla de André Cruchaga y Luis Gilberto Caraballo entre otros.
En el presente año saldrá a la luz mi libro de narrativa en edición bilingüe, Nueve cuentos para recrear el café, gentileza de la Editorial Equilibrio con sede en Lion, Francia.

¿Cuándo empezó a escribir?, ¿por qué?

Me daba igual que estuvieran escritas o en blanco; desde muy pequeña comencé a decorar páginas con simbólicos garabatos que probablemente a nadie le decían nada más que a mí. Las letras y los números vinieron después y para mi sorpresa, podía decir menos con muchísimo más trabajo, porque la mala ortografía por aquel entonces, era condenada a muerte y mi Abuela, en ese particular, totalmente intransigente, me hacía copiar lecturas enteras. Mi maestra no era más flexible que mi Abuela y llegué a aprenderme primorosamente de memoria capítulos enteros de Platero y yo que, por algunos desperfectos de menor cuantía en la máquina del tiempo hoy no alcanzarían a la memoria de no ser porque la belleza es imposible de borrar.
Supongo que empecé a escribir para que no se me olvidara lo que luego me hicieron olvidar a base de obligarme a escribir otras cosas. Gracias a eso descubrí que ninguna otra cosa me gustaba más que sacar punta a los lápices, hacerme callos en los dedos, jorobarme la columna vertebral y gastarme la vista y el cerebro encorvada sobre las libretas.

¿Cómo definiría a su poesía?

Mi poesía es una niña traviesa de paso escurridizo que no teme a la muerte y sube a una ceiba a espiar la noche de matiz altisonante. A veces es una mujer que predice trayectos y forja laberintos; otras, una anciana de sombra irremisible que espera apariciones y sonríe mientras los leones rugen.

¿Qué autores influyeron en su poética?

No estoy segura de quiénes específicamente influyeron, sino de un gran total, de una mezcla de influencias que llegaron a mí antes de que yo pudiese manejar la escritura. En esa mixtura adjudico gran parte a la música primeramente: la vieja trova cubana, y todo el enorme acervo musical de mi tierra ligado a la letra de las canciones; las lecturas y pensamiento martiano de mi padre; fragmentos y poemas que Abuela recitaba de memoria; autores cubanos como José Angel Buesa y extranjeros como Amado Nervo y hasta Nerval. Incluso un pasado muy ligado a la impronta decimista cubana. Luego llegaron otras lecturas y entre ellas, Lezama, Fernández Retamar, Virgilio Piñeira, entre otros autores del patio entre los que Lorca y Martí nunca dejaron de hormiguear.

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

No tengo un fin mayor que el de interrelacionarme con ese cuerpo del misterio, que el de entrar al caos y ensartar su aguja. Mientras eso no suceda, espero no ser expulsada de esos mundos que de niña abrieron sus puertas a mi imaginación.

¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?

Creo que a muchos poetas les es difícil seleccionar un poema propio en este sentido y no soy la excepción, sin embargo, Donde nadie me recuerda, es un poema que puedo elegir; a la corta o a la larga, todos terminamos siendo una invención de quienes nos rodean. Cada cual tiene su propia imagen de nosotros y por ende nadie puede recordarnos como a nosotros mismos sino como a alguien a quienes ellos ven en nuestro lugar o simplemente como ellos desean vernos o sus circunstancias lo disponen, y ese “donde nadie me recuerda” es lugar únicamente designado para nuestra propia manera de vernos o recordarnos.

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

El lenguaje no cambia, se define, perfila y redefine. Nosotros acumulamos experiencia, abandonamos a veces, a causa de esa misma experiencia, ciertos lazos con cierto tipo de lenguaje. Finalmente es esa eterna búsqueda del ser humano quien le lleva a recrear pasajes, experiencias, por ende a deconstruirlos y reconstruirlos a través de la utilización del lenguaje al que terminamos sometiendo y reinventando en un intento de desenmascarar y enmascarar; de desbrozar y cultivar; de concebir la palabra precisa, la idea perfecta, la cláusula mágica.

¿Para usted se nace o se hace escritor?

Si te persigue la escritura, si te quita el sueño a las tres de la madrugada, incluso, cuando te permite dormir, se mete en tu sueño; si sientes el deseo de dejar una reunión, una fiesta, una salida, para ir corriendo a poner tinta sobre blanco; si se mete en tu vida, es más fuerte que tú y te hace más feliz escribir que irte de vacaciones y no te das cuenta si el mundo se derrumba cuando estás creando, entonces sí, naciste escritor. De cualquier otra manera, se fabrica un escritor.

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?

Si me lo pide un joven escritor, cosa muy difícil ya que el escritor, el verdadero, por joven que sea sabe que lo es, no necesito más que acompañarlo a estar solo, como la canción de Arjona. Fuera de eso, a cualquier otro joven, trataría de ayudarlo a vislumbrar su verdadera vocación.

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

Exactamente como usted ha dicho, como industria editorial.

Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela etc. ¿Cuáles recomendaría?

Como no puedo extenderme en un listado que conlleva saber a quién específicamente va dirigida mi recomendación, trataré de hacer una más o menos general. Por ejemplo en poesía, recomendaría libros que además, contengan una historia digna de mover a la especulación o al menos de fomentar el deseo de penetrar esa historia, y para ello se pintan solos mis libros de cabecera: La vida es sueño, de don Pedro Calderón de la Barca y Obras Completas de José Martí. La propia vida de Martí y la de Calderón son lecturas recomendables. Una novela costumbrista cubana, Cecilia Valdés o La loma del Ángel. Hay autores como Lezama Lima a quien recomiendo infatigablemente. Su Paradiso es un monumento a la poesía.

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter, blogs etc?

Recientemente la revista Sinalefa me ha publicado un ensayo en que me extiendo un poquito más sobre este tema, especialmente con respecto a la poesía. En este espacio que hoy aquí se me regala, diré brevemente que es una muy buena vía para la difusión de las obras de los escritores cibernéticos. Por otra parte, es para muchos un medio inalcanzable.

Por último ¿Quiere usted agregar algo?

Agradecer la gentileza de esta entrevista que con tanto cariño solicitó de mi Gusty Tisocco y que lleva un buen tiempo esperando en una gaveta del ciberespacio.
A todos los demás amigos, conocidos, lectores…
Cariños,
Mariú

MARÍA EUGENIA CASEIRO

5 Comments:

Anonymous Teresa Dovalpage said...

Qué buena entrevista, amiga. Ahora me parece que te conozco un poco más. Ah ¡y también me aprendí capítulos de Platero de memoria! Todavía me acuerdo de la primera página...¡Bien por las abuelas que nos enseñaron ortografía! Y Cecilia valdés es uno de los libros que me traje de Cuba "por si acaso."
Cariños desde Taos

4/12/2009  
Blogger Xenia Mora Rucabado said...

Mi querida amiga poeta María Eugenia: Ya conozco tus poemas, así que lo que dices en la entrevista te pinta tal cual eres: ¡¡Una excelente poeta !!
Pero sobre todo eres un ser humano con grandes valores espirituales, lo que te facilita el placer de escribir tus vivencias tan intensas.
¡Qué siempre mantengas prendida la llama de escribir querida amiga!
Un abrazo grande
Xenia

4/12/2009  
Blogger macedonianos en Casa Scherpa said...

qué bueno conocerte, Mariú, y encontrarte en este blog amigo!!!
Gracias a vos y a Gus, siempre,
Ro

4/13/2009  
Blogger Mariajo said...

Qué bueno, Mariú. Hasta en una entrevista eres capaz de envolvernos en poesía.
Un abrazo desde España, amiga.
Yose

4/13/2009  
Anonymous montesbradleyh said...

Un excelente reportaje que pinta perfectamente el concepto de los nuevos escritores.En mi caso, ni mi madre, ni mis maestras hubieran imaginado que mis horrores de ortografía desparecerían con el tiempo. Gracias.

11/26/2009  

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