Sunday, November 22, 2009

Entrevista a EDUARDO ESPÓSITO

¿Qué es para usted la poesía?

En lo personal, me identifico con la definición que le dieran los surrealistas franceses a comienzos del siglo XX. Es el “núcleo vivo de toda manifestación artística”, claro que atrapada en su vuelo por el poeta, toma forma escrita, para decir lo que en realidad la palabra, rústica herramienta, no puede decir.

¿Podría usted contarnos un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

Si bien de joven escribía, mi relación formal con la poesía comienza en Gral. Roca, Río Negro a los 30 años. Le debo esto al entonces Centro de escritores de la ciudad.
De vuelta en Buenos Aires, en 1994 sentí la urgencia de aplicar mis conocimientos a través de la coordinación de talleres literarios. Llevo ya 16 años en esta actividad, en la zona oeste del conurbano.
He publicado cuatro libros de poemas: El niño que jugaba a ser rayo (1992), Violín en bolsa (1995), Una novia para King Kong (2005) y Quilombario (2008).
Quizás deba agregar un par de hechos que fueron gratificantes en mi camino. El primero fue haber participado con un texto, allá por la década del 90, en una serie de 14 cortos poético televisivos, que llegaron a ser nominados para el Martín Fierro, en el rubro mejor programa cultural del interior. El otro, anecdótico per se, fue el haber sido seleccionado para la antología Poesía en el Subte en 1998, donde participaron unos 75.000 poemas.
He tenido premios y menciones como cualquier hijo de vecino, pero a veces me resisto a citarlos, especialmente luego de haber leído un poema de Julio Llinás, surrealista cuándo no, que en uno de sus versos dice “ … la listita de sus premios es desgarradora”.

¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?

De joven pensaba en ser dibujante. Un día, teniendo yo 15 años, escuché a un compañero de colegio leer su propio poema. Me llamó tanto la atención, que llegué a casa y me propuse imitarlo. Y me gustó. Faltaba mucho para tomármelo en serio. Pero así comenzó…

¿Cómo definiría a su poesía?

Difícil pregunta. Decía García Lorca, “no puedo hablar de mi poesía, eso se lo dejo a críticos y profesores”.
Sí puedo decir que es mi herramienta de resistencia al sistema, entiéndase no solo desde lo social, sino en todo aquello que veo distinto del común. Me agradan el humor, la ironía, condimentos necesarios en mi cocina poética.

¿Qué autores influyeron en su poética?

Es maravilloso el conglomerado. Veo con desconfianza a aquellos que dicen no leer poesía para no tener influencias. Eso es tan pernicioso como su opuesto (si uno no sabe despegarse de los capos que admira)
Creo reconocer a Jacques Prevert, César Vallejo, Charles Bukowski, Roberto Juarroz, Juan Gelman, Giuseppe Ungaretti, en fin, muchos con estilos totalmente diferentes.

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

Todo arte es resistencia, pero también es comunicación. Entonces… llegar al otro que te completa, a aquellos a los que pueda servirles de algo, aunque sea apenas una brisa zen, esto que digo.

¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?

No creo que pueda elegir. Sé que algunos son particularmente íntimos, donde dije justo lo que tenía que decir. Y me complacen, como si fuesen hijos obedientes.

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

Veo los cambios. Tienen que existir, pero te confieso que no sé cómo. Rimbaud decía que vida y poesía son términos “intercambiables”.
Y así como pasa la vida y uno prosigue su camino mutando, sin mirarse demasiado en el espejo como para notar los cambios, salvo en las fotos, -ese tiempo artificiosamente congelado- , así cambian las formas del decir porque como diría Heráclito, uno ya es otro. Hubo y hay muchos Eduardos escribiendo.

¿Para usted se nace o se hace escritor?

Se nace poeta. El escritor se hace, pero esto no es imprescindible.

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?

Eso ya lo hizo y muy bien Rilke. En mis talleres estimulo a todos sin distinción de edades, a tomar la poesía como una militancia, a defenderla y predicarla frente a una sociedad marcadamente antipoética.

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

Perversa, como la palabra industria lo viene señalando desde su nacimiento en Inglaterra, en las postrimerías de siglo XIX. No me podés negar que es lo opuesto, las antípodas, de aquel mundo refundado a partir del primer poeta de la historia.
Decía Mario Benedetti, que sabía bastante de esta dicotomía por abrevar en ambas vertientes, que la poesía era la cenicienta, mientras que la novela posaba como la vedette de la literatura actual.
Pero esta aseveración conlleva el peligro de convertir al arte literario, en una suerte de bufonada barata. Grandes premios en dinero y entretenimiento playero para los seguidores de la novela; aplausos espúreos , medalla y beso, para la poesía.

Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela etc
¿Cuáles recomendaría?

Es tan maravilloso el abanico de posibilidades, que temo dejar fuera injustamente a muchos. Preferiría citar autores. Pero bueno aquí va.

En poesía:

Interrupciones II, de Juan Gelman
Sordomuda, de Jorge Boccanera
La llave Marilyn, de Laura Yasán
Poesía Vertical, de Roberto Juarroz
Conejos en la nieve, de Eugenio Mandrini
Ova completa, de Susana Thenon
Tangos del orfanato, tangos del asesinato, de Leonor García Hernando
En prosa (conste que me fascina la ciencia ficción, y me importa un bledo las disquisiciones de los críticos y los puristas):
Ciudad, de Clifford D. Simak
Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury
Caviar, de Theodore Sturgeon
Fahrenheit 451, de Ray Bradbury
Universo de locos, de Fredric Brown
El señor de las moscas, de William Golding
Final de Juego, de Julio Cortázar

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter, blogs etc?

Me resistí por años a valorar Internet en su justa medida. Pero se me ha mostrado con creces, y de esto es prueba el hecho de aceptar esta entrevista, que los poetas especialmente, debemos estar agradecidos a esta nueva herramienta.
De todas formas, sería bueno aclarar, que también es cierto que Internet, ha permitido la profusión desmedida de la pseudopoesía, y de muchos ególatras viciosos que se envanecen hasta hacer el ridículo, con lamentables resultados para los inocentes, que se adentran por primera vez a este mundillo tan particular, y que como niños aún no saben reconocer las diferencias entre “los alimentos nobles” y “la comida chatarra”.

Por último ¿Quiere usted agregar algo?

Me gustaría, abusando de tu generosidad, comentar una situación que me entristece. Tengo la suerte y no, de pertenecer a una generación que hundió su cabeza en la utopía para poder respirar.
Y cuando veo ciertos desfiles de vanidades en nombre de la poesía, cuando como poeta del conurbano me hacen sentir cierta exclusión, o cuando me la hacen sentir porque no adscribo a la tribu tal o cual, o no comulgo con un ismo determinado, te aseguro que reniego del posmodernismo, de sus modas caretas que se disfrazan de propuestas estéticas, de esa cosa autoreferencial hasta la náusea. Aparecen pergaminos que de nada sirven a la hora de mostrar la verdadera valía (si acaso existe algo semejante), como la coordinación de talleres, editar una revista literaria, los premios y menciones, y el colmo de los colmos, los títulos personales, cosas que no pueden incidir ni a martillazos en la calidad de la obra.
Si el poeta, aguijón social, adolece de los mismos defectos que esta sociedad por él criticada, qué esperanza nos queda?
Es en esos momentos cuando releo al infatigable Aldo Pellegrini, en su serie de ensayos titulada “Para contribuir a la confusión general” en la página donde dice: “La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea habitable solo para los imbéciles”, y me pongo contento.

EDUARDO ESPÓSITO

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Me encantó ésta entrevista :-)
Un orgullo pertenecer a tu taller, siempe dije que de tu mano, me abriste los ojos a este maravilloso mundo de la Palabra.

11/24/2009  
Anonymous Anonymous said...

Muy buena entrevista. Son respuestas de alguien ya plantado, que eligió una forma de estar en el mundo y fundamentalmente, porque te conozco, destaco la coherencia entre obra, palabra y acción que anima esa elección.
Julia Muzzopappa

11/25/2009  

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