Entrevista a GRACIELA BALLESTEROS

 

¿Qué es para usted la poesía?

 

La poesía es un acto voluntario que me permite respirar.

Leer y escribir poesía es una manera de permanecer en el mundo.

 

¿Podría usted contarnos un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

 

El amor a la lectura y a la escritura se la debo a mi madre que fue una analfabeta funcional (no por elección) Desde muy niña me acercó cuanto libro creía que podía ayudarme a no repetir su historia.

Soy profesora de recitado, por lo tanto, la poesía ha sido el género que más he leído y me llena el alma. De cualquier manera, disfruto la buena narrativa.

No tengo libros publicados. Si se dan las condiciones este año podré publicar el libro inédito que he llamado “Intermitencias”.

Desde el año 2020 que no he dejado de participar en talleres de lectura y escritura con grandes poetas del medio nacional. He participado hasta de tres talleres literarios por mes con distintos autores. Sólo agradecer todo lo que he aprendido.

Tengo la suerte que he sido reconocida poeta entre poetas de gran trayectoria. Sentirme incluida es una gran caricia para mi vida.

 

¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?

 

Comencé a escribir en pandemia. Fue para mí un tiempo propicio para el mi vuelo poético. Aunque suene paradójico, abrí las puertas a la libertad de expresar mis emociones. Me apasiona escribir, no pasa un día sin que lo haga. A veces cuando el poema no encuentra la punta del ovillo y las palabras se enredan caprichosas, escribo Haiku…

 

¿Cómo definiría a su poesía?

 

Yo vivo en estado de contemplación en todos los escenarios de mi vida, pero especialmente, es la naturaleza el hilo conductor de mis poemas, en ella encuentro todos los temas que son particularmente de la poesía.

Mi poesía es más bien lírica acompañada de figuras retóricas. Escribo desde el dolor, el amor y la injusticia social.

 

¿Qué autores influyeron en su poética?

 

Los grandes poetas de fines del siglo pasado y muchos de los nuevos contemporáneos. Soy una compradora compulsiva de libros y compulsiva para leerlos. En todos me he encontrado en algunos de muchos versos, y como me pasa eso, yo digo ES POEMA. 

Quienes pretendemos el oficio de poeta, la lectura es fundamental. Tengo mis favoritos, pero son un montón. No debemos olvidar que quien lo hace poema es el lector. De cada poeta aprendo mucho.

 

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

 

Es una pregunta que no me hice, quizás sea porque no tengo nada editado.

Pero creo que todo poeta desea ser leído y que quién lo lee se pueda encuentrar en alguno de mis versos. Me encanta leer mis poemas, sentir la escucha atenta, que por suerte en los lugares que participo ha sucedido con mucho respeto.

 

¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?

 

Ahh, qué difícil pregunta. Pero tengo que responder: cualquiera de Mary Oliver por esa capacidad de convertir el dolor en una esperanza, por ese sacudón que nos hace despertar. Bueno, se nota que es mi preferida, no? Aunque hay muchas voces que se le parecen.  Pero la verdad que hay un semillero de poetas que me movilizan entera.

 

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

 

Siempre he escrito ya que he sido docente y el área de lengua fue siempre mi debilidad, pero siempre en prosa y en lo posible, lo hacía poéticamente.

Llevo tres años escribiendo poesía, creo que en los poemas que nacieron en 2022, hay un cambio importante, porque cuando escribo no levanto los dedos del teclado. Desde el principio sé lo que quiero transmitir. Creo que es un punto importante que puedo reconocer en mi camino. Después corrijo, claro.

 

¿Para usted se nace o se hace escritor?

 

Yo creo que todos tenemos la semilla plantada. El ambiente lector donde crecemos tiene mucho que ver en el camino de la lectura y la escritura. Como docente, siempre en contextos de vulnerabilidad, he ofrecido la lectura como pan caliente para el alma. Algunas semillas cayeron en tierra fértil porque intenté trabajar con los padres la importancia de poner en la mesa el alimento del espíritu. Creo que todos podemos ser escritores, en algún momento fluye esa necesidad. Aunque sea archirrepetida la frase la escritura sana y salva, más allá del oficio de poeta.

 

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?

 

Que lea mucho. La falta de dinero no es escusa. Los libros en las bibliotecas los esperan. A los padres les diría que sus hijos los vean leer, ellos son los referentes en todo.

Y sobre todo que miren a su alrededor donde acontece la vida, es un libro abierto a miles de posibilidades para escribir.

 

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

 

Creo que las editoriales independientes están haciendo un gran esfuerzo para editar, aunque la economía no ayuda y publicar un libro tiene un gran costo en estos momentos. También creo que los monopolios no dejan llegar los libros a las librerías más importantes. Si no tenes un nombre y una trayectoria nunca estarás en las vidrieras. Entonces los poetas emergentes terminamos leyéndonos entre nosotros y acarreando la bolsa con libros para vender en cada evento literario que tenga lugar.  Creo que es poco el público lector que nos lee. Es muy difícil hablar de esto, me faltan mucho conocimiento del manejo editorial, sólo hablo desde lo que veo y experimento cuando quiero comprar un libro, es un largo camino a casa.

 

Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela etc ¿Cuáles recomendaría?

 

Uffff un libro que me marcó de niña fue Corazón de E. de Amicis, Mujercita, Platero y yo… y los poemas de Alfonsina, Juana y Gabriela, Federico, los que ofrecía la escuela y otros poetas con fines pedagógicos ya que he sido docente. De grande el primer libro que me pusieron en las manos en el primer taller que hice fue Trabajo Nocturno de Juan Manuel Inchauspe, saber sobre su vida me llevo a leer a Estela Figueroa y desde allí la lista es interminable. Cada maestro que he tenido me ha ofrecido sus mejores panes y he leído a tantos autores del mundo y también poetas indígenas.  

Yo si tuviera que recomendar es que lean antologías o poesía reunida y/o completa de los grandes autores. Ver la obra de un poeta es tan importante, ayuda al que es  principiante en este camino. Allí se ven los cambios y el crecimiento del poeta.

Y que le demos la oportunidad a los emergentes; yo tengo casi a todos los libros de poetas de Córdoba.

 

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter,  blogs etc?

 

Creo que son importantísimas también las redes. Los jóvenes no leen desde el formato papel, leen desde los dispositivos tecnológicos, pero leen. Tendremos que acostumbrarnos a ir desmitificando que el libro físico es el único capaz de movilizar el corazón. Los tiempos son otros y la vorágine de la vida no permite tener el tiempo que tengo yo por ejemplo que soy jubilada.  Yo leo narrativa desde un Kindle y estoy feliz. Leo poesía desde todos los dispositivos y soy feliz.

Soy feliz porque el acto de leer es el que me hace sentir pájaro que aterriza en la palabra de quien me la ofrece.

 

Por último ¿Quiere usted agregar algo?

 

Si quiero agregar mi agradecimiento a vos Gustavo Tisocco que me abriste las puertas como a tantos anónimos que a esta hora están escribiendo un poema con la ilusión de ser leídos.

Gracias por tu generosidad, por tu valentía de soportar todas las críticas que sé que afectan ese corazón sensible que te hace tan humano. Pero el dolor lo redimimos tantos y tantas que reconocemos el gran trabajo inclusivo que llevas a cabo. Brindo por tu vida y por el amor que te habita.

 

Graciela Ballesteros