Wednesday, May 07, 2008

Entrevista a IRENE MERCEDES AGUIRRE


¿Qué es para usted la poesía?

Es la otra forma de habitar el mundo, donde lo emocional y sensitivo tiene más peso que lo racional.

¿Podría usted contarnos un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

Soy poeta desde niña, pero el ambiente no era propicio para dedicarme a ello, entonces me concentré en estudios rigurosos, realicé mi carrera de grado en Filosofía y Letras, luego aprobé varios posgrados y me aboqué de lleno a las tareas docentes y de investigación en las Universidades, pero con temas de Educación Superior, Historia, Cultura, no en el ámbito de la Literatura. Paralelamente, empecé a publicar mis poemas, pero siempre “protegiéndolos” como un placer personal, fuera de intereses económicos, sólo por el placer desinteresado de escribir. Creo que eso marca una diferencia. No vengo de la escritura literaria como tarea profesional, sino que caminó conmigo el mundo de la poesía, el cuento, el ensayo, casi, sin darme cuenta de todo lo que me importaba.

Los premios o reconocimientos fueron un alerta. Gané primeros premios en cuento breve, como “Las puertas de la tierra” y “Juan y la fiebre”; en ensayos múltiples y relatos. Pero la poesía me dio alegría especiales: salieron poemas míos en antologías en Caracas, Venezuela, en España presenté mis obras en la Academia Iberoamericana de Poesía, dos veces fui finalista del Premio Mundial de Poesía Mística en la edición XVIII y en la XXII de la Fundación Fernando Rielo de Madrid, y he recibido en Argentina premio de la Asociación de Escritoras y Publicistas católicas de Argentina, con la Cinta Azul Bienal de Honor 2000-2002 . Otros premios fueron que musicalizaron mis poesías : el maestro Jorge Morales le puso música a “A mis islas cautivas”, dedicado a Malvinas; el Maestro José Rodríguez Fauré realizó sobre mi poema “Quinientos luego” una cantata sinfónica para recitante, coro y orquesta; el maestro Avelino Vilas realizó una bella canción con mi poema “Blanca paloma”. Se han hecho exposiciones pictóricas basadas en mis poesías reflejadas en la plástica, como la artista Leonor Kierzberg , o Pablo Madrid. Fue como tomar conciencia de que era escritora, y de alma.

¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?

Sentí que el desarrollo meramente racional y científico no eran más que una parte del ser humano, que hay otro universo, de lo no dicho, de lo no pensado, que hay que andar, para ser una persona completa. Me fui afirmando en esa idea, desde 1989, cuando publiqué mi primer libro. Y esas inquietudes están en dos textos: el prólogo de “Mi ser en el tiempo” y el libro entero “Territorios del alma”.

¿Cómo definiría a su poesía?

Busca ponderar lo que quiere decir, brota por emoción pero la búsqueda de armonía y equilibrio es como connatural en mí. Tal vez por mi propia formación, no lo sé. A veces me lanzo, como en la trilogía de poemas “Aquí mi sangre”, o en otras expresiones más libres, pero insisto, amo los moldes clásicos, pero les hago una pirueta y los resignifico, según mis críticos.

¿Qué autores influyeron en su poética?

Todos los que cayeron en mis manos, y no sólo los escritores propiamente dichos. A veces, un documento histórico, que deja entrever una situación de conflicto humano, es un disparador, o lo que dijo un científico, y los filósofos de distintas épocas. Leo todo, y el resorte creativo aparece por cualquier lado.

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

Hacer pensar sobre la hondura humana que nos forma, ayudar, por pequeño que sea el aporte, a tener sueños, esperanza, a no cejar en el esfuerzo de SER, y a compartir la emoción y la alegría de reconocimiento mutuo con los demás.

¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?

Holderlin con “Pan y vino” dedicado a Heinse, me parece soberbio, esplendoroso.

En los míos, si tuviera que elegir sería “Puebla y repuebla” porque es un acicate a superarnos como personas y a confiar.

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

Creo que me he vuelto más esencial, arranqué con poesías más intimistas y luego fui afirmándome en la poesía épica, tal vez por mi conocimiento de la historia, y de la cultura de nuestros pueblos. Así escribí: “Mi ser en el tiempo” (1989) ; “El sueño que no cesa. Canto a Simón Bolívar y a la integración hispanoamericana” (1990); “Mirador de dos Mundos. Quinientos Luego (1492-1992)” (1992); “San Martín para qué?” (1999) y una serie de antologías en las que fui seleccionada. Pero luego vino esa búsqueda más esencialista y escribí dos libros a los que pronto agregaré el tercero: “Territorios del alma” (2000) y “Pater Nostrum” (2007) donde mi corazón mantiene un diálogo con la fuerza trascendente que nos religa a todos.

Para usted se nace o se hace escritor?

Creo que hay una tendencia, un impulso hacia la expresión artística en todas sus formas y en este caso, la literatura, pero el entorno incide par que tome forma y se desarrolle el escritor. Somos el resultado de la tensión entre lo que queremos y lo que podemos.

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?

Que sea lo más auténtico/a posible. Que sea fiel a sí mismo/a. Que defienda su peculiar manera de intuir e inteligir el mundo.

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

Como una industria. Lo que llama la atención y esta en longitud de onda con la posibilidad de venta masiva, será preferido a lo que no se muestra tan enganchado con ese objetivo.

Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela etc ¿Cuáles recomendaría?

Ha tantas obras de interés como universos personales. Prosa poética: Platero y yo; de Juan Ramón Jiménez cuento: El corazón delator, de Poe; novela: “Los pasos perdidos” de Alejo Carpentier; poesías las de Lope de Vega, para reforzar la idea de sonoridad y armonía.

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter, blogs etc?

Son nuevas formas muy valiosas para estar comunicados. Son sólo vehículos. Y sirven.

Por último ¿Quiere usted agregar algo?

Gracias por dejarme expresar en este espacio.

IRENE MERCEDES AGUIRRE

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