Sunday, February 19, 2023

Entrevista a DIEGO RODRÍGUEZ REIS

 


¿Qué es para usted la poesía?

 

La poesía es un lugar desde donde pude empezar a mirar y vivir el mundo.

 

¿Podría usted contarnos  un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

 

Soy lector, escritor, editor–corrector y profesor en Lengua y Literatura. Columnista de literatura en diversos medios digitales y radiales. Fui becado por la Fundación Antorchas y por el Fondo Nacional de las Artes, donde estudió con los profesores Marcos Mayer, Leopoldo Brizuela y Vicente Battista.

He escrito ochos libros de poesía y narrativa; he participado, como co-autor y/o editor, de más de 30 obras de ficción y no ficción. Textos míos han integrado publicaciones de varios países, de este y aquel lado del Atlántico.

He ganado algunos concursos, he sido jurado de algunos otros.

Integro el grupo literario Alamberse! de Villa La Angostura, ciudad donde vivo. Formo parte de la Comisión Directiva del Fondo Editorial Neuquino Dirijo (junto a Cecilia Fresco) el sitio “La Zona – Crítica y Ficción”.

 

¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?

 

Uf, creo que empecé a escribir apenas aprendí a escribir: tengo recuerdos de muy chico escribiendo poemas. Lo tomo como un aprendizaje indispensable, inevitable, como respirar.

 

¿Cómo definiría a su poesía?

 

La definiría como “constantemente desplazada”, no me gusta pensar mi poesía estacionada en un solo lugar, quiero que esté en movimiento constante.

 

¿Qué autores influyeron en su poética?

 

Miles, todo el tiempo. Los primeros: Roberto Juarroz, Juan Ramón Jiménez, Antonio Porchia, Juana de Ibarbourou, Dylan Thomas. Los recientes: Alejandro Cesario, Cecilia Fresco, Graciela Cros, Marcelo Gobbo, Raúl Artola, María Inés Arce.

 

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

 

Tocar las fibras sensibles del discurso: afinarlas y desafinarlas. 

 

¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?

 

Un poema llamado “Unidad de llanto”, muy breve, de mi libro La anchura y la llanura: “Qué circuito/ del pensamiento o del sentir/ qué intuición o mecanismo/ habrá activado/ creado/ vertido/ me pregunto/ esta lágrima”. Un poema que escribí el día que nacieron Iván y Nicolás, mis hijos. 

 

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

 

Creo que me he ido alejando de cierto barroquismo de mis primeros textos. Antes, pemsaba que todo verso debía brillar, decir algo altisonante. Ahora, me quedo con esas palabras y versos que van creando un clima, que el poema tenga diversos vaivenes y cadencias. 

 

¿Para usted se nace o se hace escritor?

 

Creo que la mirada artística se educa, se forma, se estimula, se puede enroquecer y estancar; pero también creo que algo traemos, no sabría precisar de dónde, ni tampoco hacia dónde lo llevamos. 

 

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?

 

Que busque eso inalcanzable que tenemos desde el primer instante: la propia voz. 

 

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

 

Creo que cada época ha tenido sus contextos complejos y que los libros (y en especial, los libros de poesía) jamás han sido los objetos culturales más reclamados por el gran público. Sin embargo, seguimos escribiendo, seguimos leyéndonos: siempre prevalece en mí una mirada de fe, una fe poética, si se quiere. 

 

Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela etc ¿Cuáles recomendaría?

 

Un libro de poesía: Una hilacha en lo real, de Alejandro Cesario. Un libro de cuentos: Restos culturales, de Marcelo Gobbo. Una novela: Bonaire, de Cecilia Fresco. 

 

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter,  blogs etc?

 

Todos los espacios en los cuales la palabra poética y narrativa encuentre autores y lectores son (pueden ser) valiosos: hay que ocupar los espacios, los espacios que no se ocupan terminan siendo tomados por otros discursos, la mayoría abominables. 

 

Por último ¿Quiere usted agregar algo?

 

Las gracias infinitas y constantes al querido y admirado Gustavo Tisocco


Diego Rodríguez Reis

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