Entrevista a MATÍAS LÓPEZ
¿Qué
es para usted la poesía?
Desde
un punto de vista literario, me gusta la definición que asocia la poesía a la
música de las palabras (como dice Verlaine “...la música ante todo….) la poesía
tiene que “sonarme” de algún modo para que me guste.
Desde
un punto de vista más personal, es una especie de pareja tóxica: no sé qué
hacer con ella, pero no puedo vivir sin ella.
¿Podría
usted contarnos un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su
actividad literaria?
Nací
en un pueblo chico, tuve una infancia con mucho cariño. No crecí en un ambiente
literario pero sí en una familia donde había gente muy inteligente y creativa.
Por ejemplo, mi papá es muy hábil inventando o diseñando cosas, Mi mamá y mi
hermana tienen también una habilidad muy especial con las artesanías. Bueno, yo
con las manos soy un desastre, pero al menos me tocó ser el que escribe.Escribo
desde los 11 años, y en el pueblo había gente que editaba un par de revistas
locales. Fueron tres revistas y allí publicaba algunos textos míos. En el año
1998 entré a trabajar a la Biblioteca de mi pueblo, y allí, taller literario
mediante, me decidí a estudiar Letras. Me vine a Córdoba a estudiar, y aquí
pertenecí a “El Caldero de Los Cuenteros” y frecuenté otros cafés literarios.
Tengo solamente dos premios: uno de un concurso de la BIblioteca de mi pueblo y
otro, una mención del Concurso Manuel de Falla, de Alta Gracia. Libros, tengo
dos. “Tajos” de 2006 y “El Libro de los MItos” del año 2022.
¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?
De
chico me compraban libros de cuentos y a mí me encantaban. Todo el tiempo
estaba leyéndolos y además, les pedía a mis adultos que me los leyeran o
contaran. Un día dije espontáneamente
“Voy a escribir mi propio libro” y escribí mi primer cuento. Y empecé a
escribir porque yo también quería ser como los que escribían esos cuentos que
yo leía. Ahora, escribo porque me gusta y me hace sentir bien.
¿Cómo
definiría a su poesía?
Sinceramente,
no me he puesto a pensar cómo definirla, y no sé si es mi tarea darle una
definición. Yo cuando escribo trato de
trabajar sobre el lenguaje, sin dejar de comunicar pero, al mismo tiempo, sin
dejar de cuidar la belleza de las palabras, el aspecto de la literatura como
arte. Me gusta mucho ese trabajo artesanal que se hace con la metáfora, con la
imagen, con la comparación, pero no sé encuadrarla. Al mismo tiempo trato de
que no sea tan obvia ni tan hermética, ya que, si bien no me gusta caer en
lugares comunes, tampoco me gusta jugar a los acertijos; no me gustan los
extremos de la pura catarsis, pero tampoco los gongorismos.
¿Qué
autores influyeron en su poética?
Bueno,
muchos y muy dispares, considero que no hay uno solo. Entre los que me han
activado la escritura están Benedetti, Galeano, Borges, Machado, Hernández,
Serrat (de más está decir que Hernández y Machado llegaron a mí a través de
él), Olga Orozco, Pizarnik, Octavio Paz, Lorca, Girondo, Szymborska y algunos
cordobeses como Leonor Mauvecin o
Romilio Rivero. A todos les debo algo, y la lista es más larga.
¿Cuál
es el fin que le gustaría lograr con su poética?
Muchas
veces me lo he preguntado, yo escribo porque me gusta y me hace sentir bien, y
estoy seguro de que escribo para que mi poesía se lea y guste, no voy a
negarlo.
Aunque
un par de veces me pasó algo muy lindo, y es escuchar que algunas personas que
habían leído mis poemas se habían sentido identificadas al punto de decir “esto
es lo que yo siento y a veces no sé expresar”. No sé si es “el fin que me
gustaría lograr” en el sentido de que yo escriba para eso, pero sí me gusta
mucho saber que mi poesía sirve para eso, para prestar la voz a alguien que
tiene algo para sentir y no puede.
¿Qué
poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?¿Cómo ha
cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?
Hay
algunos poemas que, por alguna razón, se me han quedado como “banda sonora
literaria”, por ejemplo, el “Soneto de la dulce queja” de Lorca, o uno de
Octavio Paz llamado “Hermandad”. No te puedo decir que son los únicos que me
gustan o los únicos importantes para mí, pero me han quedado “sonando” y son
los que me sé de memoria, como esas canciones que a uno le gustan y no puede
dejar de tararearlas.
En
cuanto a la lengua que uso en mi poesía, empezó siendo muy coloquial, después
tuve una etapa donde casi que “rebuscaba” las figuras retóricas, y ahora estoy
en una etapa donde creo estar encontrando un equilibrio entre fondos y formas.
¿Para
usted se nace o se hace escritor?
Algo
innato sin duda hay, ya que hay gente que tiene una facilidad especial para la
comunicación, y además, en todas las culturas hay necesidad de contar y
escuchar historias o de expresar sentimientos a través de poemas, y gente capaz
de hacerlo muy bien; pero el ser humano es,
por naturaleza, alguien que construye cultura, así que también se hace,
y tiene que ver con el trabajo y la práctica de leer y escribir, o con el hecho
de que te reconozcan tus pares dentro del ambiente literario.
Yo,
personalmente, más que escritor, me considero alguien que escribe.
¿Qué
consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello
camino de la PALABRA?
Que
lea mucho de todo y que escriba mucho. Si puede hacer un lindo taller de
Escritura Creativa, es una buena opción. Y que se integre a grupos donde se lea
literatura.
¿Cómo
ve usted actualmente la industria editorial?
Bueno,
respecto de la poesía la industria editorial multinacional no ha sido en
general muy benévola. Sin embargo, fuera de esa megaindustria están surgiendo
muchas editoriales independientes que se están abriendo camino (como, por ejemplo,
Caballo Negro o Mascarón de Proa) y que están haciendo trabajos de buena
calidad. Por ejemplo, me da mucha satisfacción entrar a Librerías como El
Ateneo, y ver libros de poesía de autores locales en sus góndolas. Falta mucho,
pero se está abriendo un camino interesante.
Si
tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela etc ¿Cuáles
recomendaría?
Yo
recomiendo siempre leer de todo y de manera voraz y compulsiva. Lo que en la
búsqueda te llame la atención, bueno, a eso agarralo y leelo. Me gusta que la lectura sea una búsqueda
personal, en especial si es alguien que quiere empezar a leer literatura.
Aunque si querés que te tire títulos ahí van.
De
poesía recomiendo a Girondo, Pizarnik, Lorca y todos los que nombré
anteriormente.
Cuentos:Quiroga,
Borges, Monterroso, Cortázar, Poe, Stevenson.
Novelas:
“La insoportable levedad del ser” de Milan Kundera, “Un mundo feliz” de Huxley,
“1984” de Orwell.
Prosa:
“Memorias del fuego” y “Las venas abiertas de América Latina” de Galeano.
¿Qué
opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de
Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter, blogs
etc?
Que
son excelentes medios para fomentar la lectura y la literatura, de hecho, a esa
tecnología que tanto se critica, es que le debemos que hoy en día, la gente que
más lee literatura sea la gente joven. También hace que los que escribimos y
gustamos de las letras nos podamos comunicar y compartir nuestra pasión. Ni
hablar de la forma en que facilitan el acceso a la literatura.
Por
último ¿Quiere usted agregar algo?
Solo
agradecer a este blog por la oportunidad de estar en él y a vos todo el trabajo
que estás haciendo con la poesía.
Matías
López
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