Wednesday, March 08, 2023

Entrevista a OLGA EDITH ROMERO

 


¿Qué es para usted la poesía?

 

La poesía es difícil de definir. Se da en los acontecimientos diarios emotivamente y sólo hay que saber descubrirla.

             

¿Podría usted contarnos  un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

 

Nací en La Plata y a los 3 años mis padres se trasladaron a City Bell y vivo aquí desde esa época. Era todo campo y ahora se parece más a una ciudad. Mi infancia fue feliz y aunque pertenecí a una familia muy humilde, nunca pasé privaciones, sí mucho frío en invierno. Desciendo de abuelos de distintas nacionalidades: francés, español, italiano y aborigen. Estudié Letras y luego me cambié a Periodismo y paralelamente estudié para Profesora en Jardines de Infantes mientras trabajaba de docente. Cursé también la Maestría en Periodismo. Durante algunos años asistí al Taller de Ana Emilia Lahitte quien fue una de mis mejores amigas. Mis obras publicadas son: “Colores de sol y lluvia” (poesía), “Cuentos de azúcar y limón” (cuentos). Ambos libros para niños. “Apenas Travesía” (poesía), “City Bell y su gente. Desde una mirada distinta” (investigación periodística), “El homicidio policial” (artículo de investigación periodística), “El desierto es un grano de arena” (poesía), “Irse por las ramas” (poesía). Participé en numerosas antologías argentinas y españolas. Recibí la Faja de Honor de la SADE y de la SEP en mis dos libros para niños y en mi primer libro de poesías. Tambien recibí premios del Centro de Estudios Poéticos de Madrid, del concurso internacional “Letras de Oro“, del concurso López Merino y del concurso en Homenaje a Oliverio Girondo.

 

¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?

 

Empecé a escribir a los 9 años. Yo era muy lectora desde pequeña y me gustaban las poesías de Sor Juana, entre otras. Así que me largué a escribir poemas sin saber mucho de métrica y un semanario las publicaba, no sé muy bien por qué. A los 18 años me publicaron un cuento en la revista Para ti.

 

¿Cómo definiría a su poesía?


No sé definir a mi poesía. Tendría que hacerlo otra persona que la lea. Trato de escribir con claridad para que llegue a todos y son poesías emotivas, todas ellas sacadas de la realidad.

 

¿Qué autores influyeron en su poética?

 

Sor Juana Inés de la Cruz, Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou, María Elena Walsh, Olga Orozco, Juan Gelman, Julio Cortázar, Alejandra Pizarnik, Joaquín Giannuzzi, Juan L. Ortiz, Emily Dickinson, Clarice Lispector, Mary Oliver y naturalmente Borges, H. Hesse, Whitman, Bukowski, Machado, Lorca, Pasolini, Ungaretti, Pavese y muchos más.

 

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

 

Si llega a muchas personas y la pueden disfrutar y conmoverlos, me conformo con eso.

 

¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?

 

No puedo elegir un poema. En realidad si eligiera uno fuera del autor que sea estaría siendo injusta con los demás poetas. Aunque en una época y por motivos que no quiero citar me apasionaba “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos” de Pavese

 

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?


Creo no haber cambiado demasiado. He sido bastante fiel a mí misma.

 

¿Para usted se nace o se hace escritor?

 

Para ser escritor hay que leer mucho, sobre todo si se quiere ser un buen escritor. No es solamente escribir, hay que conocer todo sobre el lenguaje. Escribir puede escribir cualquiera pero si conoce el lenguaje poético y lo emplea puede llegar a ser un buen escritor.


¿Qué consejos le daría a un joven escritor/ escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?

 

Que lea autores clásicos y actuales, que lea mucho, todo lo que pueda.

 

Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela, etc ¿Cuáles recomendaría?

 

Esta es una pregunta difícil porque los autores y las obras importantes son muchas. De Camus “La Peste”, de Borges las “Obras completas”, de García Marquez “Cien años de soledad”, de Orozco “Obra Poética”, de Pessoa “Libro del Desasosiego”, de Gelman “País que fue será” y todas sus obras, de Vuong “En la tierra somos fugazmente grandiosos”, de Murakami “Kafka en la orilla”, de Ishiguro “Pálida luz en las colinas”, de Giannuzzi “Obra poética”, de Dickinson “Su vida y su poesía” traducida por George Frisbie Whicher, de Whitman “Hojas de hierba”

 

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter, blogs, etc.?

 

Creo que todo está bien, porque no todos leen libros y es una forma de conocer autores y obras.

 

Por último: ¿Quiere usted agregar algo?

 

Sólo recordar que mi generación iba mucho a las bibliotecas y hoy prácticamente se ha perdido ese hábito.

Lo que deseo es agradecer profundamente a Gustavo Tisocco por este espacio tan hermoso y por la dedicación a la poesía.

 

Olga Edith Romero

Sunday, March 05, 2023

Entrevista a LUIS DANIEL ÁLVAREZ

 


¿Qué es para usted la poesía?

 

La poesía es una forma de transitar la existencia, de percibir las geografías e historias que nos rodean, y en ese punto inventamos a un yo poético o hablamos desde nuestra intimidad.

 

¿Podría usted contarnos  un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

 

Mi vida siempre fue entregada a la literatura. Desde chico tuve a mi familia motivandome a este arte que al principio fue un juego divertido en el cual pasaba horas y horas. Le copiaba canciones que le gustaba o componía mi padre, las recetas de mi madre, las historias de mi abuela Felipa y debla tía tuti, tuve un tío Hugo Battaglia que fue escritor, y asi me fui convirtiendo en un amante de la poesia.

Mi obra poética esta conformada por Pueblo y Rebelión, Vuelo Onírico, Transeúntes, La desnudez del oasis, El mar. 

Mi actividad literaria además de escribir dirijo la página La tuerca andante, soy docente de literatura, y curador del espacio Mi aporte para que el puerto no importe, columnista en la revista Delatripa, y acompaño a diferentes grupos literarios entre ellos Grammata, o tantanikuy.

 

¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?

 

Empecé desde muy chico, como dije anteriormente. Y creo que fue la necesidad de sentirme conectado con la naturaleza y hablar de ella. Mi primer libro, Pueblo y rebelión, surgió por la necesidad de denunciar el saqueo, la contaminación, la destrucción de la cultura ancestral y del trabajo digno por parte de las empresas multinacionales y mineras que atentan contra Andalgalá.

Escribir es un acto de amor a la energía de la naturaleza.

 

¿Cómo definiría a su poesía?

 

Tiene mucho de surrealismo, mística, y terrenal.

 

¿Qué autores influyeron en su poética?

 

Son varios, entre pero siempre menciono a Luis Franco, Luis Alberto Spinetta, J. L Ortiz, Castilla, Castañeda, entre otros.

 

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

 

El fin que deseo lograr es seguir escribiendo lo que deseo oír, leer, lo que observo y transmitir lo que descubro cuando ando como un fauno en el campo.

 

¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?

 

Creo que cada poema es particular en un determinado tiempo, y mencionar uno me resulta imposible, por eso mecionare tres Poema a los nuevos días, frazada de cactus, y alegría marina. Esos tres me curaron heridas muy profundas, y me dan esperanza de un mañana más esperanzador.

 

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

 

Pase de ser extenso y rebuscado a una forma más breve y sencilla. Creo que esos sería el cambio poético que percibe si miro para el pasado.

 

¿Para usted se nace o se hace escritor?

 

Un poco de ambas. Se nace con sensibilidad, uno puede ser motivado desde el vientre. Sé hace con la lectura, con la forma de conectarse, con la necesidad de decir lo que siente, y se fortalece con lecturas, escritura, borrando.

 

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?

 

Nunca dejen de leer a los clásicos, mi abandonen a los modernos. Escriban, y con el tiempo vuelvan a leer sin importar lo que escribieron, quizás allí encuentren respuestas a sus vidas.

 

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

 

Veo que existe un montón de editoriales que proponen un baluarte de obras interesantes para leer, sobre todo las que resisten entrar al circuito cosmopolita de las grandes urbes. Lo único malo es que vivimos en un contexto en el que resulta difícil contar con un público interesado en comprar libros, no porque se lea menos, sino por el alto costo que tienen. Sin embargo siempre existen formas de resistir y de innovar la difusión de autores.

 

Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela etc ¿Cuáles recomendaría?

 

Difícil pregunta.

Ahora recomiendo Guitarra negra, de Spinetta. La obra completa de Leonidas Escudero y J.L Ortiz.

 

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter,  blogs etc?

 

Todo sirve para compartir literatura, sobre todas las nuevas que permiten llegar a otros lugares impensables, como también para leer y descubrir a outores y autoras que nos mueven el piso. 

 

Por último ¿Quiere usted agregar algo?

 

Nunca deje de leer poesía, no te salvará pero te ayudará a sacarte el peso que llevas en la espalda.

 

Luis Daniel Álvarez

Entrevista a ALEJANDRA BOERO SERRA

 


 

¿Qué es para usted la poesía?

 

Si pudiera dar una definición inteligente, poética, como han intentado tantos poetas y estudiosos de la poesía. Se me ocurre borronear que quizás sea la palabra en conflicto, los límites y la imposibilidad corridos y desoídos para  dar rienda suelta a lo que se resiste en el lenguaje y nos dice con mayor fidelidad. 

 

¿Podría usted contarnos  un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

 

Parafraseando a una poeta que admiro: Me gano la vida vendiendo hierros. Leo desde que tengo memoria y la literatura apareció en mi vida gracias a mis maestras de escuela primaria y a las bibliotecas populares de mi ciudad. Crecí en una casa sin libros y sin inquietudes intelectuales. Mi actividad literaria comenzó en las redes difundiendo mis lecturas, en revistas online («Cine y Literatura» de Santiago de Chile, «eXtramuros» de Montevideo, «La primera vértebra» de Lima) y en los Ciclos de Poesía y los Festivales de Literatura de Rafaela, mi ciudad. Hoy estoy comprometida ciento por ciento en la página de Facebook «Gilgamesh: poesía y poéticas» que fue pensada, soñada y realizada junto a quien fue mi pareja, el poeta Alejandro Michel. Premios, la lectura de amigos y pares, las invitaciones para hacer circular mi poesía en blogs, revistas. No me presento a concursos, sí a lecturas promovidas por gestores culturales, a convocatorias y colaboro en la gestión cultural con amigos escritores y artistas plásticos de mi ciudad. 

 

¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?

 

 Recuerdo mis primeros intentos en sexto grado y en los últimos años del secundario. Pero escribir, escribo desde 2017. El deseo de escritura me costó asumirlo quizás por deformación profesional. Mis estudios de grados de literatura me hacían creer que era imposible después de leer a los grandes narradores, poetas, ensayistas. Fueron poetas como Javier Galarza, Carlos Battilana, Laura García del Castaño quienes me hicieron ver que tenía que dar el salto al vacío. «Desarmadero», mi primer libro inédito, es el resultado de ese deseo y de ese riesgo. Leer para escribir, escribir para seguir leyendo y explorando y porque no puedo, ya, resistirme a este reto.

 

¿Cómo definiría a su poesía?

 

Una respiración asmática que entre exhalación y expiración recoge y deja obsesiones en miniaturas, viajes a las sombras que iluminan mis puntos ciegos.

 

¿Qué autores influyeron en su poética?

 

Un canon propio que sería imposible enumerar y que están en mi biblioteca ideal, la que vengo formando desde mis 18 años. Muy cerca tengo a los autores que me acompañan cotidianamente.

 

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

 

Seguir descubriendo mi voz y que ella, en la contaminación gozosa con voces precedentes, se haga un lugar en la geografía poética de mi tiempo.

 

¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?

 

Sin dudas «Ícaro volando». No fue el primer poema que escribí pero sí el primero en el cual sentí que estaba el germen de un libro. Además es el poema por el cual conocí al poeta Alejandro Michel a quien está dedicado.

 

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

 

Desde 2017 hasta hoy mi poesía se hizo más económica: dos o tres pinceladas que dilenean tonos de contraste, un destello inusitado pero intenso.

 

¿Para usted se nace o se hace escritor?

 

Creo que se nace con esas inquietudes y se hace en base al trabajo.  El deseo es fundamental en la búsqueda, el (des)encuentro.

 

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?

 

Leer, leer más, seguir leyendo (poesía, narrativa, ensayo), escribir, no gastar energías en la feria de vanidades del ambiente.

 

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

 

Veo el nacimiento de editoriales de poesía, la resistencia de sellos que apuestan y arriesgan con su catálogo y lo celebro. Pero son los menos. Veo también a poetas que merecerían ser llamados por las editoriales y sin embargo están peleando por algún premio que les permita editar. Me consta la buena poesía sin encontrar sello que la edite sin cobrar a sus autores. Es evidente por la movida de talleres, festivales, concursos y ediciones que la poesía interesa y hay lectores dispuestos a invertir en ella. Los autores tienen que pelearla muchísimo y si son del interior del país, mucho más aún. Pienso en Eric Schierloh y su editorial Barba de Abejas y su educación para la autogestión editorial, el camino menos transitado y el que quizás haga la diferencia.

 

Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela etc ¿Cuáles recomendaría?

 

Los ensayos de Pound, Steiner, «Poesía y política» de Jorge Aulicino, la obra de Hermann Broch, Pascal Quignard, Anne Carson, Chantal Maillard, Héléne  Cixous, tantos más. Las recomendaciones de Jorge Fondebrider en Instagram (fonde-dice). Los poetas que cada quince días me acompañan con su obra y sus reflexiones en «Gilgamesh: poesía y poéticas».

Quiero nombrar aquí a dos revistas: «Fénix» cuyo responsable es el poeta Pablo Anadón y «Hablar de Poesía» cuyo director es Alejandro Crotto. 

 

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter,  blogs etc?

 

Todo suma para hacer circular a la buena literatura.

 

Por último ¿Quiere usted agregar algo?

 

La lectura, siempre la lectura. Y la pasión por compartirla y difundirla.

 

Alejandra Boero Serra

Wednesday, March 01, 2023

Entrevista a JOSÉ MARÍA PALLAORO

 


¿Qué es para usted la poesía?

 

     Vivimos ensayando definiciones sobre qué es la poesía. En muchos textos caí en la tentación de hurgar en esa búsqueda.

     Gelman, cito de memoria, escribe que la poesía es un árbol sin hojas que da sombra.

     Saer inicia por la negativa, dice que la poesía no es un río majestuoso y fértil. Y luego afirma: (la poesía) es una piedra firme en medio de la corriente que se deja pulir por el agua.

     Hay hermosas definiciones. En todas, seguro, vislumbramos algo de claridad.

 

     Tal vez el poema sea

un campo dorado

a la espera

de la lluvia

 

Y del viento

que mece

los árboles

 

donde descansan

los pájaros

de nuestra memoria 

 

¿Podría usted contarnos  un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

 

     Soy segunda generación de inmigrantes. Quisiera recordarlos, homenajearlos.

     Mis abuelos paternos, Luigi Pallaoro y Amalia Passamani, son originarios de Pizzo y Panarotta, dos aldeas de Levico y Barco, pequeños pueblos tallados en las montañas de la provincia de Trento, en Val Sugana, al pie del río Brenta; nacieron bajo el imperio austrohúngaro. Luigi (1881-1925) llegó a nuestro país en 1896, a la edad de quince años. Amalia (1881-1981) en 1911. Se casan y tienen ocho hijos (hay mellizos y gemelos). Mi padre, Nerino, es el séptimo. Se radican primero en la provincia de Entre Ríos donde nacen todos sus hijos. En 1923 se trasladaron definitivamente a la provincia de Chaco, a “Pampa La Porteña”, en Corzuela; fueron los primeros tiroleses -trentinos- que poblaron el lugar. La chacra de mi Nona se convirtió en refugio y protección para muchos emigrantes que recibieron ayuda material y espiritual. Siguen siendo recordados por los hijos y nietos de los primeros emigrantes. Los padres de mi abuelo Luigi se llamaban Maria Paoli y Luigi Pallaoro; los padres de mi abuela Amalia, Angelica Petri y Giovanni Passamani.

     Mis abuelos maternos, José María Cruz y María Dolores Tapia, españoles. José María nació, quizás, en Urrácal, Almería, el 29 de junio de 1896 y murió en City Bell el 5 de febrero de 1966. María Dolores Tapia nació en Olula del Río, Almería el 8 de junio de 1902 y murió en City Bell el 7 de febrero de 1978. Se casaron en 1915, ella con 13 años y él con 19. Tuvieron en 1918 un hijo en España llamado Francisco. Viajaron a Argentina en 1918 o 1919. No sé si mi abuelo y bisabuelos maternos (Alfredo Tapia y Adoración Antonia García) lo hicieron con anterioridad, aunque creo que sí.

     Mi padre, Nerino Pallaoro, nació en Estación María Grande, departamento Paraná, Entre Ríos, el 3 de noviembre de 1919 y murió el 7 de diciembre de 2005.

     Mi madre, Ascensión Argentina Cruz, nació en City Bell el 23 de mayo de 1926 y murió el 16 de octubre de 2013.

     Yo nací en casa de la partera y doctora Margarita Chiani de Murad, en calle 70 nº 1130, entre 17 y 18, de la ciudad de La Plata, a las 22:10. Mi madre me contó que no recordaba porqué “fuimos tan lejos”. Alguna de mis tías tal vez tuvo algo que ver, no sé.  Creo que fue cuestión de unas horas y volvimos a casa, en City Bell. No a la casa en la que crecí, si no a una casita que mis padres alquilaban; me parece que estaba en calle 1 entre Pellegrini y Güemes. Cuando mis padres dejaron habitable la casa que estaban construyendo en calle 9 entre 17 y Sarmiento, nos mudamos. Yo tenía unos pocos meses. Ahí crecí, en un medio semirural, tambo, animales, quinta. De chico, tuve esa suerte. Escuché música, no recuerdo mi vida sin música. Y las primeras “lecturas”, aún sin saber leer, las historietas; me interesaba más que los dibujos los globitos que contenían signos extraños y que al comienzo imaginaba su significado, hasta que las palabras aparecieron, y hasta hoy siguen siendo misterio, ambigüedad, y algunas veces claridad que también me ha tentado.

     A mis 13 años, faltaba, más o menos, un mes y medio para mis 14, estuve preso por algunas horas en una comisaría de Corrientes; el espíritu de época (bregar por un país justo, libre, soberano). No sé si fue por esta experiencia que me aislé un poco, siempre traté de ser cuidadoso en la calle. Lo que sí ocurrió es que me convirtiera en un lector casi compulsivo.

     Hice radio. Escribí artículos para diarios y revistas. Dirigí una revista de poesía. Publiqué libros, cuadernos, plaquetas. Desconozco premios que me hayan otorgado, por lo que descarto que haya recibido alguno. 

 

¿Cuándo empezó a escribir? ¿Por qué?

 

     En la primaria. Mi referencia eran las letras de las canciones. Litto Nebbia, Luis Alberto Spinetta, Miguel Abuelo. Algunos libros que había en casa. Alfonsina Storni. Horacio Quiroga. Suetonio… Siempre fui curioso y sensible. Creo que empecé a escribir por necesidad, para expresarme, aunque también tartamudeaba en la escritura. Nunca supe dibujar, los instrumentos musicales se me negaban. En el secundario, a los 14 o 15 años, “escribí” algunas canciones. Todo lo encanutaba. Me daba vergüenza mostrar lo que hacía. 

 

¿Cómo definiría a su poesía?

 

     Creo que no tiene sentido hacerlo, tampoco podría. Leo mucho, desde siempre. Escribo cuando puedo, cuando la mano me comienza a temblequear, cuando hay necesidad de encender el fuego. Como en este poema: “Convertiré mis manos / en hojas de fuego // para que vuelen // incendiaré la noche / con palabras”. 

 

¿Qué autores influyeron en su poética?

 

     Muchos. Las revistas literarias, culturales (algunas de cultura rock) fueron fuente de información, conocimiento y belleza. Prefiero a los que escriben en mi lengua materna. A veces me sorprende cuando otros escritores mencionan a autores que escriben en una lengua que desconocen. Los leen en traducciones, en versiones. ¿Les interesa el trabajo del lenguaje, los temas que tratan los poemas, lo conceptual, la idea más que el trabajo con las palabras? Es para una charla más extendida.

Entre los 15 y 19 años, es una aproximación, me nutrí con los llamados poetas de la generación del 50 y del 60. Edgar Bayley, Raúl Gustavo Aguirre, Joaquín Giannuzzi, Rodolfo Alonso, Alejandra Pizarnik, Gianni Siccardi, Olga Orozco, Juan Gelman, Francisco Urondo, Miguel Grinberg. Miguel Ángel Bustos, Horacio Castillo, Néstor Mux. También Juan L. Ortiz, Roberto Themis Speroni, Mario Porro... Estoy siendo injusto. 

 

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

 

     “Mi poética”. Solo quiero expresarme a través de la escritura. Cuando ya físicamente no esté, nada quedará. Como suele ocurrir casi siempre. 

 

¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?

 

     ¿Uno mío, de otros autores? Los míos no interesan tanto. De otros autores hay demasiados, por suerte. 

 

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

 

     Siempre me atrajo la brevedad, lo conciso, lo elíptico. Ahora domino un poco más el instrumento. De joven corregía mucho. Hoy poco, muy poco. No creo en la perfección, en todo caso no es lo que busco como lector, ni tampoco cuando logro escribir. Aparece la obsesión acerca de un tópico determinado y el trabajo con la lengua, el lenguaje. Cuando esa combinatoria desaparece, ya no puedo escribir. Tal vez sí otro tipo de textos, pero no poesía o algo que se pueda acercar, con suerte, a la poesía. 

 

¿Para usted se nace o se hace escritor?

 

     No tengo certeza. Creo que se hace. No hay laberintos por elevación, escribir es la única salida.  

 

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?

 

     Para quienes intenten escribir, es necesario leer. Siempre, leer. No solo poemas y narrativa (cuentos, novelas…). Además, cualquier otro tipo de textos. El estar atentos, ser apasionados y curiosos, es fundamental. Todo nos nutre y abre puertas. Nos permite tener “una mirada”, “una cosmovisión”. 

 

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

 

     Bueno, lo que llamamos “la industria editorial” es un negocio para hacer dinero. Veo bien las ediciones artesanales, las editoriales independientes que trabajan a pulmón. 

 

Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela, etc. ¿Cuáles recomendaría?

 

     ¡Son tantos! No sé si recomendaría, para hacerlo hay que conocer muy bien al posible lector. Conociendo sus gustos, tal vez, con suerte, acercás el bochín. Regalo libros, sí. Hace poco recomendé algunos textos de Chejov y de Ambrose Bierce, pasé los libros. Me confesaron que no les interesó ninguno de los dos autores, tampoco los relatos. Creo que los más jóvenes, los que son o quieren ser lectores, están más abiertos, más dispuestos, y se sorprenden. En mis talleres, por lo general, gusta mucho el material compartido. Pero claro, las fichas caen cuando cada uno aporta su mirada, su “visión” acerca de lo leído. 

 

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter, blogs, etc.?

 

     Administro cerca de diez blogs. Aromito, Poesía La Plata, Poesía City Bell, Lo de Pallaoro, Libros de la talita dorada y otros. Dos blogs personales: Los ojos y El sol de una nueva oportunidad. Pero no hay nada más bello que el libro en papel. Las “nuevas formas de difusión” están bien. Hay buenos sitios, páginas, blogs, aunque no es lo que abunda. Mucho improvisado mete mano y suelen hacer cualquier cosa, copiar y pegar sin recurrir a fuentes confiables. Hoy se lee (no generalizo) de manera demasiado fragmentaria. No sé cuántos lectores leen un libro de principio a fin. 

 

Por último: ¿Quiere usted agregar algo?

 

     Agradecerte este espacio. Es un momento especial, el inicio de lo que vendrá. Dejémoslo ahí. Me cuesta escribir. Me ocurre seguido que leo una línea e inmediatamente la olvido. Quise recordar a mi familia. Para que quede, al menos por un tiempo, la huella de donde vengo.

 

José María Pallaoro