Entrevista a JUAN MIGUEL IDIAZABAL
¿Qué es para usted la poesía?
La poesía es la energía vital que mueve la
vida. Es la salsa en los ravioles que te hacés el domingo apurado porque te
cerró el chino y la fábrica de pastas porque te levantaste tarde, te duele todo
y era lo único que tenías en el freezer y así y todo te renueva y te hace
sentir uno con el mundo.
¿Podría usted contarnos un poco de su vida,
de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?
Mi vida es compleja y cargada de
actividades. A la fecha publiqué 16 libros los últimos son Mujer y Toulouse
sobre fondo verde (Arroyo Leyes: Ediciones Arroyo, 2022); Cuánto tiempo más
llevará (CABA: Niña Pez, 2022); El milagro de la nieve (Mar del Plata:
Herensuge, 2021). Participé de alrededor de 30 antologías, siendo las últimas
Fuiste mío verano (Ediciones Arroyo, 2023); Bajé para respirar (Ediciones
Arroyo, 2021) y Profana, poemas de amor, locura y muerte en el siglo XXI (2020,
Perro Gris). Obtuve 9 premios y distinciones. Hoy, llevo adelante un pequeño
proyecto editorial desde Mar del Plata llamado Herensuge. Edito una revista
literaria mensual, Lanchitas Amarillas. Participo y organizo desde hace 10 años
en el ciclo y colectivo literario La Prosa Mutante. Participo de la FLIA Mar
del Plata.
¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?
Arranqué
a escribir en mi adolescencia como medio alternativo de expresión de lo que me
ocurría.
¿Cómo definiría a su poesía?
Catártica.
Voragínica (Ya sé que no existe, pero no importa se entiende). Es sentir el
hanyauku (1) un día soleado. Es sentirse un
filocalista. Es practicar kintsugi con la lapicera, la hoja y lo que está
pasando. Es la melolagnia que produce la lisztomanía. Es el honjok (2) . Es una
epifanía que un nefelibata transcribe al papel en un momento sinestésico. Es
barruntar al oler el pretricor mientras a nuestro alrededor se escuchan los
techos ploquear y al no poderlo explicar volcamos ese inefable momento a la hoja.
[1] Del japonés, sensación de caminar descalzo sobre la arena.
[2] Del coreano, el arte de saber estar solo
¿Qué autores influyeron en su poética?
Qué difícil contestar. Podría que las vanguardias occidentales desde finales de 1800 en adelante, con especial énfasis en los surrealistas, los expresionistas, los decadentistas, el pop art. Personas serían, Pizarnik, Girondo, Mistral, Laiseca (aunque escribió muy poca poesía no puedo negar su influencia), ambos Lamborghini, Tsvetáyeva, Mayakovski, Gabriel Aresti, Gorey, Gaiman, Tolkien, Maya Angelou, Bukowsky entre otres. Soy mucho de escuchar música, así que mi poesía, aunque sin rima, tiene mucho de Charly García, del Flaco Spinetta, Freddy Mercury, Paul McCartney, John Lennon, Fito Paez, León Gieco, Bono, entre otres. Aunque por momentos luego de leer algún libro o parte de la obra de algún autor/a influencia un poco más lo que hago.
¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con
su poética?
Buscar
un cambio en la gente. Un despertar. Encontrar que el wabi-sabi como dicen los
japoneses existe y se puede apreciar. También que la vida es impernanente, que
el cambio y la evolución de las personas y del pensamiento es constante y que a
pesar de esto el gaman (3) es posible. Ojo,
en ciertas ocasiones, como nos pasa a todes, me invade un estado de alexitimia
y la única forma de expresar mis emociones es a través de la escritura.
[3] la capacidad de superación, de perseverar con paciencia, de aguantar y resistir ante los reveses de la vida
¿Qué poema elegiría usted si tiene que
optar por uno en especial? ¿Por qué?
No
es un poema en sí, sino la letra de una canción, pero Blackbird de los Beatles
es tan poético. Aunque también me viene a la cabeza Why the Caged Bird Sings de
Maya Angelou. So you wanna be a writer de Bukowsky. Perdón, Gustavo, no puedo
pensar en uno solo. Love of my
life o Bohemian Rhapsody de Queen. The Hunting of the Snark de Lewis Carroll.
Los poemas de The Melancholy Death of Oyster Boy and Other Stories de Tim Burton.
Ahora si es mío, no puedo hacerlo, no creo poder
autoreferenciarme. Aunque en todo lo anteriormente mencionado está el germen de
mi poética.
¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo
largo de los años?
Creo
que ha mutado. Considero que me ha mejorado. Que con la práctica y la lectura
ha cobrado una nueva identidad, se ha vuelto más mío y menos una extensión de
las personas o estilos que me gustan.
¿Para usted se nace o se hace escritor?
Creo
que se hace. Se puede tener afinidad o inclinación, pero eso no define el ser o
el hacer. Quien escribe y se considera escritor/a, gran mote de difícil
aceptación, siente la necesidad de escribir. No tiene que ser constante, pero
tiene que sentir que, sin la escritura, una parte de su ser no existe, no pulsa,
no vive. Esa persona, puede tener una sola obra o millones, pero eso no quita
que sienta una pulsión y que no exista posibilidad de bienestar alguno hasta
que esa pulsión sea contrarrestada por el acto de la escritura.
¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora
que se inicia en este bello camino de la PALABRA?
Buscá
la palabra propia. No le tengas miedo a la hoja en blanco. Si no fluye, puede
fallar, y eso está genial también. Hay que trabajar mucho. Leé un montón.
Escribí, de ser posible, todos los días, si es a mano mejor. Cultivate en otras
artes, ciencias u oficios, complementá la escritura. Leé lo que te gusta, lo
que no y sobre lo que no sabés. Se resiliente. Tenés que tener varios
diccionarios a la mano. Un amigo, el gran ilustrador y artista plástico Franco
Carlesimo, me dio uno de los mejores consejos de mi vida mientras mateábamos y
moviendo mucho las manos, “Juancin, siempre tenés que llevar una lapicera y una
libreta con vos, me extraña que no lo hagas, papá”. Escribí menos de lo que
escuchamos y leemos. Aprovechá los momentos serendipíticos. Tenés que
convertite en librocubicularista, bibliófilo, bibliómano y no tenerle miedo al
tsundoku. Pero mejor que mis palabras son las de Bukwoski en estos 2 poemas que
te comparto (las traducciones no son mías):
So you wanna be a
writer
Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu
corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del
ordenador
o clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu
cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.
Si tienes que esperar a que salga rugiendo
de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra
cosa.
Si primero tienes que leérselo a tu esposa
o a tu novia o a tu novio
o a tus padres o a cualquiera,
no estás preparado.
No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos
escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
o hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.
Air and light and time
and space
Ya sabes, la familia, el trabajo,
siempre ha habido algo
en mi camino
pero ahora
he vendido mi casa, he encontrado ese
sitio, un estudio grande, tienes que ver
qué espacio y
qué luz.
Por primera vez en mi vida voy a tener un
sitio y tiempo para
crear.
No, hijo, si vas a crear
crearás, aunque trabajes
16 horas diarias en una mina de carbón
o
crearás en un cuarto pequeño con 3 niños
mientras no cobras más que
el paro.
Crearás como parte de tu mente y de tu
cuerpo
Destrozados.
crearás ciego
mutilado
demente,
crearás con un gato subiéndote por la
espalda mientras
la ciudad entera se estremece ante un
terremoto, un bombardeo,
una inundación, un incendio.
Hijo, aire y luz y tiempo y espacio
no tienen nada que ver con la creación
y no crean nada
mas que, quizá, una vida más larga para
encontrar nuevas
excusas para no hacerlo.
¿Cómo ve usted actualmente la industria
editorial?
La
industria editorial está complicada. Necesitamos una ley del libro urgente.
Para el Estado el libro y la industria no es prioridad, como tampoco lo es la
educación y la cultura por más que en época de campaña usen estos sectores como
latiguillos para ganar votos entre los indecisos. Hoy, la crisis de la
industria agravada por la crisis económico-política no ayuda a un contexto en
el cual las editoriales monstruos, líderes del mercado de manera oligopólica
controlan, además de la información que quieren que llegue a les posibles
lectores, la opinión pública. Vemos que las editoriales independientes,
micropequeñas, artesanales, pequeñas y medianas, surgen por doquier. Resisten y
subsisten. Buscan en las hendijas de la pared que han levantado los poderosos
de la industria con sede en CABA, y se insertan en el mercado desde lo
alternativo hasta lograr llegar a esos lectores que buscan nuevas experiencias.
En especial en la poesía, que pulsa y poco a poco crece en la Argentina, aunque
haya quienes digan que la poesía no vende o que no se lee. Y no se va a leer si
seguimos reeditando como si fuera una muñeca Barbie con sombrero nuevo, otra
edición de Borges, Mistral o Storni (me encantan como escritores y hay que
leerles, pero cuántas ediciones necesitamos cada año la gente no conoce otra
cosa pues la maquinaria editorial hace gigantescas campañas para promocionar
estos autores clásicos y necesarios, pero le pide al resto que paguen la
edición, la prensa, y que hagan todo el trabajo que elles no quieren hacer, por
eso reedición sobre reedición no sirve a mi entender).
Si tuviera que recomendar un libro de
poesía, prosa, cuento, novela etc. ¿Cuáles recomendaría?
Qué difícil, Drácula de Bram Stoker (mal que le pese al colega Juan Pablo “Terror” Martínez); Lágrima negra de Alberto Spinetta; toda la obra de Tolkien y la de Richard Knaak. Cualquier cosa de Alberto Laiseca. Los extraestatales de José Retik. Serbia o no Serbia de Ariel Luppino. Lemuria de Beatriz Vignoli, me puso muy nervioso, pero hay que leerlo. A way to measure time una antología hermosa de autores post-guerra finlandeses. Hay que leer Mafalda de Quino y Asterix de Gosciny y Uderzo. El manifiesta de las conchudas de María “La Negra” Negro. Emperrada de María del Mar Rodríguez.
¿Qué opina de las nuevas formas de difusión
de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos,
revistas virtuales, ñusleter, blogs etc?
Me encantan, las uso, las consumo, y las
promuevo. No hay que tenerle miedo a lo nuevo, sino que hay que aprender a
usarlo y adaptarse. Pero bueno, soy de la generación que nació con los últimos
LP de pasta, pasó por el cassette, el CD, el mp3 y ahora tiene Spotify, YouTube
y todavía escucha la radio para escuchar lo último.
Por último ¿Quiere usted agregar algo?
Gracias
por el espacio, la oportunidad de charlar, y todo el trabajo que hacés.
Juan Miguel Idiazabal